lunes, 15 de marzo de 2010

El aria más famosa de Puccini

Pueblo de Pekín! Esta es la ley: Turandot, la Pura, será la esposa de aquel que, siendo de sangre real, resuelva los tres enigmas que ella le propondrá. Pero el que afronte la prueba y resulte vencido ofrecerá al hacha su cabeza soberbia.

Así reza el edicto impuesto por la bella pero fría y sanguinaria princesa Turandot y que ha llevado a la muerte a decenas de aspirantes subyugados por su inigualable belleza. El príncipe Calaf se ha sometido a la difícil prueba y ha logrado resolver los tres misteriosos enigmas de Turandot.

¿Cuáles son?

La esperanza, la sangre y el último, el hielo que enciende tu llama: Turandot.

Ahora le toca reclamar la mano de la fría princesa, quien ha quedado a merced del hasta entonces desconocido vencedor. Pero la derrotada princesa, rehúsa a cumplir con el juramento sagrado que la obliga a ser esposa del hombre que adivine sus enigmas, por lo que ruega a su padre, el emperador de China, que no la entregue al extranjero.

El desconocido príncipe, viendo temblar de miedo a la princesa por primera vez, le propone un enigma: “Mi nombre no sabes, dime mi nombre... dime mi nombre y al alba moriré”.

Nessun dorma (Nadie duerma)
¡Nadie duerma! Los heraldos de la princesa Turandot esparcen el decreto por todo Pekín. Nadie dormirá esa noche hasta que se encuentre a alguien que conozca el nombre del extranjero.

Mientras Turandot y sus guardias recorren la ciudad atemorizando a la gente en su afán de descubrir el nombre de Calaf, éste, posado en una escalera, contempla las estrellas y, seguro de su victoria, espera con ansia la llegada de la mañana.

Los matices que adornan la personalidad de Calaf son varios y el intérprete, en algunos pasajes, sólo tiene unas líneas para transmitirlos al público. Su carácter es noble y posee gran valentía, inteligencia y también ardor, el cual emana cuando se dirige a Turandot a finales del segundo acto y en el dúo final del tercer acto.

El rol de Calaf está escrito para tenor lírico spinto y aunque algunas voces netamente líricas pueden abordarlo, el perfil del personaje y la escritura vocal exigen, ante todo, una voz exuberante que refleje la noble apostura de un príncipe arrojado y decidido a conquistar lo que quiere.

Escuchar el aria en mp3

CALAF
Nessun dorma!
Nessun dorma!
Tu pure, o principessa,
nella tua fredda stanza
guardi le stelle che tremano
d'amore e di speranza!
Ma il mio mistero
è chiuso in me,
il mio nome nessun saprà!
No, no, sulla tua bocca lo dirò,
quando la luce splenderà!
Ed il mio bacio scioglerà
il silenzio che ti fa mia!

VOCI DI DAME
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovrem, ahimè,
morir! Morir!

CALAF
Dilegua, o notte!
Tramontane, stelle!
Tramontane, stelle!
All'alba vincerò!
Vincerò! Vincerò!






Del blog capitalemocional.com


CALAF
¡Que nadie duerma!
¡Que nadie duerma!
¡Tú también, princesa,
en tu fría estancia
miras las estrellas que tiemblan
de amor y de esperanza!
¡Mas mi misterio
se encierra en mí,
mi nombre nadie sabrá!
¡No, no, sobre tu boca lo diré,
cuando resplandezca la luz!
¡Mi beso deshará
el silencio que te hace mía!

VOCES FEMENINAS
¡Su nombre nadie sabrá...
y nosotros, ay,
debemos morir! ¡Morir!

CALAF
¡Noche, disípate!
¡Pónganse las estrellas!
¡Pónganse las estrellas!
¡Al alba venceré!
¡Venceré, venceré!